Resulta que la consejera de Salud de Aragón acaba de presentar su dimisión después de manifestar que, para médicos y enfermeros, era un 'estímulo' confeccionarse equipos de protección, gran parte de ellos con bolsas de basura. Es lo que tiene el exceso de verborrea, como les pasa a los portavoces del etéreo comité de expertos contra la pandemia del coronavirus y del Gobierno de España, que asombran a la población cada vez que se plantan ante una cámara de televisión.
Profesionales sanitarios del Hospital de Estella, del Complejo Hospitalario de Navarra ó del Hospital de Tudela no salían de su asombro tras tamaña frase de la lenguaraz consejera, jugándose el tipo como lo hacen cada día por todos nosotros y 'buscándose la vida' ante mascarillas de calidad no siempre asegurada y unas limitaciones desconocidas e incomprendidas para buena parte de la sociedad por mucho aplauso balconero -ya en declive-, expresión de un teórico apoyo y solidaridad.
Menos aplausos y más material garantizado y tests para salir de dudas, claman con razón miles de profesionales, una cuarta parte de ellos contagiados por atendernos en el ejercicio de un trabajo de máximo riesgo. Y mientras tanto, la intrépida política hablando de estímulos... Hay que tener muy poca vergüenza...
Esto no es un carnaval, es una realidad durísima pese a que la mayor parte de las televisiones no reflejen los cientos de féretros con personas fallecidas por el coronavirus -suelen ser, además, de otros países- ni se hagan eco del profundo dolor ante la pérdida de abuelos, padres, hermanos ó amigos -muchos de ellos profesionales sanitarios-, con unos portavoces poco objetivos y que se enzarzan analizando estadísticas y, en definitiva, marean la perdiz.
Los sanitarios y las sanitarias merecen nuestro más sincero agradecimiento y reconocimiento pero, ante todo, trabajar en condiciones dignas, ese es el auténtico espíritu, el verdadero estímulo para unas personas entregadas vocacionalmente a salvar vidas, arriesgando las suyas.
Como invoca la popular canción festiva navarra: 'Ánimo pues, ánimo pues, que la victoria nos sonríe. Ánimo pues, ánimo pues, que la victoria nuestra es...'. Con medios adecuados, mejor. Siempre p’alante/Beti aurrera. Pues eso.
Xavier Fdez. Maeztu
Menos aplausos y más material garantizado y tests para salir de dudas, claman con razón miles de profesionales, una cuarta parte de ellos contagiados por atendernos en el ejercicio de un trabajo de máximo riesgo. Y mientras tanto, la intrépida política hablando de estímulos... Hay que tener muy poca vergüenza...
Esto no es un carnaval, es una realidad durísima pese a que la mayor parte de las televisiones no reflejen los cientos de féretros con personas fallecidas por el coronavirus -suelen ser, además, de otros países- ni se hagan eco del profundo dolor ante la pérdida de abuelos, padres, hermanos ó amigos -muchos de ellos profesionales sanitarios-, con unos portavoces poco objetivos y que se enzarzan analizando estadísticas y, en definitiva, marean la perdiz.
Los sanitarios y las sanitarias merecen nuestro más sincero agradecimiento y reconocimiento pero, ante todo, trabajar en condiciones dignas, ese es el auténtico espíritu, el verdadero estímulo para unas personas entregadas vocacionalmente a salvar vidas, arriesgando las suyas.
Como invoca la popular canción festiva navarra: 'Ánimo pues, ánimo pues, que la victoria nos sonríe. Ánimo pues, ánimo pues, que la victoria nuestra es...'. Con medios adecuados, mejor. Siempre p’alante/Beti aurrera. Pues eso.
Xavier Fdez. Maeztu
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