El pavoroso incendio que asola el centro de Portugal, y que ha causado ya 65 muertos, puede ser la antesala, de continuar las elevadas temperaturas y la ausencia de lluvias, de un verano en el que el fuego causaría estragos en España.
Desde el Colegio de Ingenieros Técnicos Forestales se prevé un verano complicado por la “anticipación del calor y unos meses de sequedad muy marcada, con un déficit hídrico notable”.
La escasez de lluvias tiene algo positivo, consideran, al no crecer en exceso la vegetación en los montes, pero la sequía provoca un efecto peligroso. Como tienen poca agua, las plantas se deshacen de todo lo que les sobra ; “toman la decisión de eliminar su parte aérea y generar combustible fino muerto, las pequeñas ramas que se acumulan alrededor de la planta, lo que aumentaría la velocidad del incendio”, señalan.
La crisis hizo que se resintiera en España la gestión forestal y los trabajos de prevención disminuyeron. No se limpian los montes como se hacía con anterioridad y éstos van ganando terreno con el abandono de los campos de cultivo. “Si no llueve va a ser un verano realmente duro”, dicen los expertos.
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