La secretaria general del Partido Socialista de Navarra (PSN-PSOE) y portavoz parlamentaria, María Chivite, pide a la presidenta del Gobierno Foral, Uxue Barkos, que lidere y respalde la posición de su vicepresidente, Manu Ayerdi, sobre el Tren de Altas Prestaciones (TAP).
La líder socialista señala que para Navarra es fundamental estar en el Corredor Cantábrico-Mediterráneo con un tren que garantice el transporte de pasajeros y mercancías, con ancho internacional y capacidad suficiente, y añade que su formación política vería con buenos ojos que se hiciera con cargo al Convenio Económico. Pero eso, dice, será un decisión que habrá que negociar con el Estado, por lo que, la premisa fundamental es decir si el Gobierno quiere negociar o no, firmar o no con el Ministerio, o si va a hacer dejación de su responsabilidad y que la decisión la tome unilateralmente el Gobierno de España.
Apunta Chivite que no es cierto, como sugieren algunos, que el TAP implique la desaparición de otros trenes como los cercanías, que cumplen también su función y tienen otros fines, esperando una respuesta positiva del Gobierno de Navarra al de España, que diga que está por la labor de aportar y sumar, para lograr un buen acuerdo, el mejor para Navarra, y poder participar de las decisiones que afecten al proyecto.
En cuanto al Canal de Navarra, la secretaria general del PSN reitera la apuesta de su estructura por esta obra, para que llegue a la Ribera y lo haga en condiciones que garanticen su utilidad en el largo plazo. Señala que hay que asegurar que el caudal es suficiente y cubre las tres necesidades básicas que son: el agua de boca, el agua para uso industrial y el agua para regadío.
Añade que, tras el estudio del Gobierno, queda claro que no hay otra alternativa viable y fiable más que el Canal, por lo que el Ejecutivo tiene que liderar su continuación, con diálogo y pensando siempre que el agua es un bien estratégico.
La portavoz recuerda que fue UPN quien paralizó el Canal y no tomó las decisiones que había que tomar para avanzar en la segunda fase, por lo que afea a esta formación su beligerancia con el Gobierno cuando en este caso, la herencia que recibió fue parálisis y falta de decisiones y compromisos.
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